Wednesday, April 21, 2010


21 de abril, día de luto por las victimas del terremoto en china y cielos abiertos en Europa.

Llego a Zhuhai a terminar de cerrar un contenedor que tengo de muebles. Está al otro lado de la frontera de Macao. Desde ahí voy en taxi a ZhongShan, ciudad natal del Dr. Sun Yat Shen, padre de la república china. El taxista me pregunta que de dónde soy. Me sé la pregunta de memoria. Como todo ser humano de este mundo, los chinos son muy curiosos. Cotillas. Les respondo que soy española y me dicen que eso está muy bien. Hay nacionalidades y nacionalidades. Suerte que soy de una que tiene Buena fama. Les gusta el fútbol, los toros y los que recuerdan a Samaranch.

Con el taxista de ida tuve una conversación más larga, pues al pasar la frontera eran las 10 en punto y pararon los agentes de aduanas, todos de pie y guardaron un minuto de silencio mientras un cámara filmaba. Era en memoria de las víctimas del terremoto. Me dice que qué pienso de Irak. He intento explicar, que a mi la gente y su cultura me gusta, pero los americanos y los mahometanos no. Los radicales. No quisiera parecer racista, pero no tengo el vocabulario suficiente para entablar un tipo de conversación como esta. Mi vocabulario se reduce a: si, no, blanco y negro, bueno o malo, me gusta no me gusta, hay no hay y hola y adiós. Con todas esas palabras he sido capaz de sobrevivir muchos días. Y mi

Me preguntó por el volcán en Europa, y yo les dije que por ser española, no me habían llegado las cenizas y mi vuelo fue directo Madrid-Beijing, con Airchina. Todo el mundo me lo pregunta y sobre todo, al ver una mujer que viaja sola. Y entre tragedia y tragedia, vamos pasando este año del tigre. Reviso mi pedido.

Me quedo en el Mercado de antigüedades buscando alguna pieza, unas sillas plegables, que me han encargado desde España. No lo encuentro. No encuentro piezas antiguas. O algo que encuentro parecido, silla doble en vez de sencilla, me piden demasiado. Hoy en China son ellos mismos los que aprecian sus propias antigüedades. Me encuentro unos antiguos proveedores y me siento con ellos a tomar un té. Me pregunta qué he comprado. Le digo que un viejo leyendo y que he pagado cinco yuanes. Me dice que valen uno. Me enseña una Guanyin de loza blanca y sin una mano, me dice que es antigua o vieja, y a la pregunta de cuanto cuesta, me dice que no la vende. Esto también es nuevo en China. Quiere guardársela.

Encuentro que hay muchas más Guanyin de porcelana, con mucho detalle y guardando su sexo equívoco. Guanyin es Avalokitesvara y aunque los chinos es sinónimo de belleza en la mujer (decir que eres como una Guanyin) es el budismo indio es una figura masculina. Algunas figuras tienen decididamente la cara de mujer, pero la mayoría no tienen busto y no sabría decir. Amplio mi colección de fotos de Guan Yin. Muchas de ellas tienen el bindi indio (punto en la frente o tercer ojo?) Encuentro que hay mucha porcelana y cerámica. Figuras nuevas. Así como casas y materiales de derribo, todo a la venta. Nada es barato. Entre las figuras de porcelana sigo buscando a Li Bai, el poeta borrachín que le siguieron la tradición Baudelaire.

Hago fotos de las maderas, las tablas, los árboles talados y no puedo plasmar el olor que destila la madera húmeda que cepillan. Es a bosque, es a lluvia en el bosque, es a tierra, es a monte. Es agradable.

Llego al ferry y como tengo tanta hambre porque no he comido, me ofrecen un pan dulce con judías negras que me sabe a gloria. ¡Dios! Hago foto para los incrédulos en las inculturaciones.

Termino mis compras y espero que el contenedor salga pronto. Lo veremos en España.

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