Saturday, August 29, 2009

Mapa de los sonidos de Tokio


Una mala película
Ayer fue el estreno en Madrid de la nueva película de Isabel Coixet, y copio la crítica de mundo para recordar de qué va la peli:
“A pesar de su aspecto frágil, Ryu lleva una doble vida en Tokio: de noche trabaja en la lonja de pescado y de vez en cuando actúa como asesina a sueldo. La hija de un poderoso empresario se ha suicidado y tanto su padre, el señor Nagara, como el hombre que la amaba en secreto, Ishida, están convencidos de que la culpa es de un español llamado David que vende vinos en la capital japonesa. Movido por la venganza, Ishida contrata los servicios de Ryu para matar a David, pero el amor se interpone.”
No sé cuantas mujeres trabajaran en Tsukiji, la lonja de pescado de Tokio. Creo que alguna china, y esa no es Ryu. Viendo las oficinas, las salidas del trabajo, las fábricas, y ¡las cafeterías de los grandes almacenes! … y ¿díganme cuantas “salarywoman” ven? Los “salaryman” son como hormiguitas, son a miles. Consultar estadísticas: para la mujer japonesa, el trabajo no es prioridad.
Pero ese no es mi crítica, pues considero que la mujer es muy libre de no trabajar si tiene un marido que mantiene el hogar. Mi crítica es que Coixet se olvidó de conocer un poco más la sociedad japonesa y juzga con sus pequeños ojos españoles y sus valores.
El valor que se tiene del trabajo, de la empresa y del honor, no son comparables. En oriente se valora de una manera y en occidente de otra. Como el comer sushi y sorber la sopa, en Japón un padre no se vuelve loco por el suicidio de su hija, porque las relaciones familiares son de otra manera y porque suicidarse ni está mal visto y es cotidiano. Mejor muerta que sin honor y ya es bastante deshonra que salga con un “gaiyin”. Es decir que el punto principal de la trama de la película no es creíble.
Como tampoco lo es la escena primera: de que los japoneses están aburridos de invitar a sus colegas de trabajo extranjeros, y ¡es totalmente al revés!: son los extranjeros los que están hartos de tener que invitar a los japoneses a precios desorbitados a sus juergas depravadas! ¡Pero si son los japoneses los que más fama tienen de perversos en el mundo! ¿Qué están contando?.
En Japón los hombres de empresa, los famosos “salaryman” toditos vestidos de negro a la salida del trabajo van a relajarse y emborracharse. No lo cuestionan, es así. ¿Y el narrador que pasea con ella, la espía y no se hablan?.
Por lo menos hay fotografía, lentíiiiiiiiiiisima, y con detalles. Y lo mejor, mis buscados “hoteles del amor”. Aunque no entiendo por que les pone un vagón de metro. Pero para saber lo que es un Love Hotel en Japón, lo haremos en otra historia.
¡Qué película tan mala! ¡Qué pena!