Falun Gong, una secta
china.
Por Caridad Martín
Actualmente
la emigración e inmigración es tan normal en nuestro mundo global, que uno
encuentra prácticamente en cualquier gran ciudad del mundo mezclas de razas y
costumbres conviviendo, pero en Hong Kong, observar este tema es fácil, pues
aparte de la diversidad cultural y religiosa, se convive en paz y armonía.
Hong Kong es una ciudad “estado” de
unos siete millones de habitantes con sus propios estatutos diferentes de China
continental. Por su pasado británico uno se encuentra las siempre tan
neogóticas iglesias anglicanas con sus agujas y sus cruces como parte de la
ciudad. Al ser echados por Mao en la China continental, algunas misiones
católicas encontraron en Hong Kong su base. Se calcula que un 10% de la
población de Hong Kong es cristiana, contando entre ellos los 200.000 filipinos
que trabajan en servicio doméstico. Paquistaníes musulmanes, Indios hindúes,
judíos iraquíes que son parte de la historia de la fundación de la ciudad de
cuando los ingleses (que trajeron gentes de todas sus colonias) ganaron la
Guerra del Opio a los chinos y se quedaron en la ciudad con sus costumbres y
creencias.
La mayoría de la población china de
Hong Kong es budista. Pero es simplemente por geografía. Es como decir que por
haber nacido en España, uno es católico.
El budismo es una religión difícil
de cuantificar. Las creencias religiosas del este asiático, donde se encuentran
la mayoría del mundo budista, están mezcladas, sincretizadas con otras
tradiciones como Confucianismo, chamanismo, Taoísmo o Shintoísmo. En el budismo no hay una organización o
congregación estructurada con un ritual de adherencia a esta religión. Esto
hace más difícil calcular el número estimado de practicantes. Además en muchos
de los países en dónde tradicionalmente han sido budistas, la hostilidad de sus
gobiernos es notoria. El comunismo de China o de Corea del norte, así como el
gobierno de Vietnam son una muestra.
Esto hace que las cifras estimadas de practicantes de una determinada
religión estén drásticamente muy por debajo de lo que realmente es.
Según los
informes del gobierno estadounidense, un 43% de la población de Hong Kong se
declara practicante. Las dos religiones dominantes son budismo y taoísmo y
frecuentemente los dos tienen culto en los mismos templos. Las cifras son:
·
1.5 millones budistas y taoístas, algunos de ellos
también confucianos.
·
550.000 protestantes
·
400.000 católicos
·
20.000 mormones
·
100.000 musulmanes
·
40.000 hinduístas
·
3.000 sihks
·
4.000 judios
Hay unos 600 templos budistas, incluidos
los tibetanos, 800 iglesias o capillas cristianas, cinco mezquitas, cuatro
sinagogas un templo hindú y otro Sikh y 1.400 diferentes congregaciones
protestantes (baptistas, anglicanos, metodistas, etc.).
La llamada
Ley Básica, que es la constitución de la ciudad de Hong Kong, establece la
libertad de culto en este territorio con especial autonomía de China bajo el
lema “un país, dos sistemas”. Aunque se ha reportado en los años pasados que a
viajeros que tenían filiación con Falun Gong, un grupo espiritual prohibido en
China, y que se les había impedido la entrada en esta antigua colonia británica,
en general, la realidad es que no hay abusos o discriminación por afiliación
religiosa, creencias o prácticas.
Falun Gong
es un movimiento religioso perseguido en China por ser una “organización
herética”. Su fundador Li Hongzhi, reúne ideas de la tradición china con
rituales y técnicas del movimiento New Age para obtener una renovación
espiritual.
Parece sin embargo, que la
tenacidad con la que se persigue a los seguidores de Falun Gong en China, no
viene de que sea una manera de escapar de las restricciones en actividades
religiosas y proclamar un poco de independencia, sino de un asunto que se les
ha ido de las manos. Li es un dirigente religioso que está fuera de China, lo
mismo que el Dalai Lama o el Papa. Es por eso que no son bienvenidos. Y que fue
reprimido con dureza y, ahora no se va a cambiar la posición.
Las organizaciones de derechos
humanos no cesan de denunciar abusos contra seguidores de Falun Gong en China,
encarcelados y torturados sólo por serlo.
Desde que
comenzó el movimiento New Age, allá por los 1960, se vio que aúnaba las
tradiciones espirituales y metafísica del oriente con las de occidente y
abrieron al mundo occidental las ignoradas y desconocidas religiones
orientales. No por ello tienen que ser consideradas las religiones orientales
como si pertenecieran a este movimiento.
Hoy día entendemos que las
prácticas y la filosofía New Age, vienen inspiradas de las religiones mayoritarias,
tanto del cristianismo como del budismo; Hinduismo o sufies, del judaísmo
(especialmente de la cábala) o Sikhismo y con fuertes influencias de
esoterísmo, gosticismo, teosofía, o neopaganismo (junto también con métodos de
autoayuda, salud holistica, psicología y parapsicología y hasta física
cuántica).
Falun Gong se puede considerar que
es un movimiento del tipo New Age con la característica de ser chino.
La libertad religiosa quedó patente en Hong Kong, con
la manifestación masiva el 1 de julio de 2003, a favor de la libre asociación y
en contra del artículo 23 de la ley básica (una interpretación de lo que es
traición, secesión, y subversión contra el gobierno de la República Popular de
China) que fue revocada. Falun Gong pudo continuar sus actividades en Hong Kong
desde entonces.
Si uno pasea por la ciudad de Hong
Kong se va a encontrar a sus seguidores, pues estos se localizan en áreas
estratégicas tanto turísticas como de negocios, desplegando pancartas y
entregando panfletos a los viandantes en los cuales detallan las atrocidades
cometidas a sus miembros.
Los
practicantes de Falun Gong se ven por toda la ciudad, demostrando así que el
“un país dos sistemas” funciona y que en Hong Kong hay un ambiente democrático
y tolerante o porque …
No sé dar ninguna otra razón.