El Inicial.

Vivo en Hong Kong. Mejor dicho, revivo, pues acabo de volver de casi cinco años en Japón. Es mi casa, mi hogar desde 1991. Es donde me gusta estar, donde me gusta salir y donde me siento bien. Me gusta tanto, que hasta cuando me para un policía de trafico por alguna infracción cometida (exceso de velocidad o aparcar en zona prohibida) me sorprendo diciendo: “tiene usted toda la razón señor agente, póngame la multa que me la merezco”, cosa que cambia mucho cuando me paran esos agentes que llaman de movilidad que ni son agentes ni mueven nada de Madrid.

Viajo. Viajo mucho. Aunque mi base sean ahora Madrid y Hong Kong. Mis amigos, más bien los que no me conocen menos, me dicen que escriba mis aventuras porque algo se divierten de mis anécdotas. Los otros y especialmente la familia, están aburridos de ellas. Así que, que mejor manera que un blog, que es un derivado del bloc de notas que usaba cuando era periodista.

Quiero hacerme budista, pero no es tan fácil porque no se que rama o secta debo ir. Estoy en la búsqueda. Claro que meditar y encontrarse a si mismo se puede hacer en cualquier lado, pero siento la necesidad ancestral de ir a un templo, a un lugar donde compartir unos momentos de espiritualidad con semejantes y unos ritos que me hipnoticen. Una misa? Una ceremonia del te japonesa?

Ahí queda esto como inicio.