Un tema de conversación frecuente en Asia, es el de calcularnos la edad. Tan difícil resulta a veces para los asiáticos calcular la edad de otras razas, como para nosotros. Eso dicen. Yo creo realmente que parecen mucho más jóvenes ellos que nosotros.
Me encontraba viajando por China (compro muebles chinos para una tienda en Madrid, como una disculpa para viajar por el país) y vi en un taller a una niña tallando una pieza de madera. Le hice una foto (es la que adjunto) y le pregunte que cuantas horas trabajaba ahí y que si iba a la escuela. No quiero ver niños trabajando. Los otros muchachos que estaban en el taller, se empezaron a reír. Les pregunté de qué se reían, me dijeron que esa joven, a la que yo consideraba niña, no lo era tanto, y alguno de ellos era realmente mucho más joven que ella. Se llama Ling y tenia 23 años cuando le hice la foto.
Otra cuestión es el respeto a la madurez –que no a las canas, pues se las tiñen profundamente como si fueran marcas contagiosas de una enfermedad anterior-. Llama la atención los pelos fuertes y recios, además de negros, de la mayoría de los gobernantes octogenarios chinos.- Pues si, respetan a sus mayores profundamente. Los mayores tienen la experiencia, son la sabiduría y a quienes consultar cuando hay un problema. Nosotros ahora pensamos que los viejos ya no saben nada porque no han crecido con Internet y no tenían teléfono móvil en su juventud. Y cada uno a nuestra guerra.
Con la edad no tengo mucho problema, pues a la larga, en cien años todos calvos. Lo que realmente me da mucha envidia es que en China, se pasan el día comiendo y son todos flacos. Pueden comer lo que sea: harina, arroces, pastas, todo bien condimentado y pocos tienen grasa que les sobre. Envidia sana y por estar en China, espero mutar un día.
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